martes, 19 de noviembre de 2013

Capitulo de Ivy - 9

Tras el enfrentamiento decidimos descender por un camino mas oculto, nuestra prioridad era llegar lo mas rápido posible a Zeritha y por lo tanto no podíamos arriesgarnos a estar parando cada pocos metros a luchar contra uno o varios demonios, por lo tanto este camino aunque era mas largo y difícil se haría mas rápido. Tras un largo descenso llegamos a un pequeño bosque, al avanzar en este nos encontramos a un grupo de refugiados, se trataba de aldeanos normales y corrientes y un par de guardias que habían tenido que salir huyendo de la tragedia, algunos estaban aun aterrorizados, otros tenían la mirada perdida en el infinito, seguramente habrían visto cosas que jamas debería de ver nadie, pensé para mi mismo mientras apretaba mi bastón con ira. Cerca del centro del campamento se encontraba soldado que parecía ser el de mayor rango y líder del grupo, hablamos con el y le proveímos con algunas medicinas y víveres que habíamos traído con nosotros. Tras entregarles lo que pudimos reanudamos la marcha hacia Zeritha, aunque aquel hombre intentó detenernos no podíamos escuchar su petición, debíamos cerrar el portal de Zeritha antes de que la cosa fuera a peor.

Viajamos por el bosque hasta salir de el junto a un río a pocos metros de Zeritha o mejor dicho lo que quedaba ella, reducida a unas ruinas humeantes en las que se podía observar un enorme vórtice de color morado el que de vez en cuando lanzaba rayos del mismo color los alrededores de la ciudad estaban infestados de demonios, no podíamos acercarnos sin ser vistos, así que decidimos ir ocultos en el río envueltos en un hechizo de aire, por suerte la corriente del río no era muy fuerte así que no tardamos mucho en avanzar por el, tras un tiempo caminando por el fondo salimos en mitad de la ciudad, y nos ocultamos en una casa que estaba en unas condiciones aceptables dentro de lo que se podía esperar, allí descansamos mientras me recuperaba, ya que un hechizo de ese calibre es muy difícil y cansado de utilizar y con todo el tiempo que había estado usándolo a penas me podía mantener en pie. Neo y Zaeros exploraron la casa, según me dijeron, se trataba de una casa de dos plantas, la segunda era inaccesible por culpa de los escombros y en la de abajo en una de las habitaciones había varios cadáveres mutilados y con todo el interior esparcido por toda la sala. Tras varias horas de descanso me logre recuperar y pudimos continuar con nuestra misión, nos fuimos acercando al portal lo mas sigilosos que pudimos, escondiéndonos tras cualquier callejón, pila de escombros y así hasta que nos dimos cuenta de que todos los accesos al centro de la ciudad estaban cortados por escombros, era mas que obvio que había alguien detrás que no quería ser molestado, ya que los demonios no suelen comportarse así, lo se de primera mano, lo normal es que simplemente arrasen con todo y después se desperdiguen por el mundo acabando con todo aquello que encuentren en su camino dejando tras de si una puerta abierta para que mas de los suyos accedan a este mundo. Todos estábamos de acuerdo en que esto no era normal, así que lo hablamos y decidimos buscar una forma alternativa de llegar hacia el vórtice, no sin antes intentar echar un vistazo a lo que había dentro, así que Zaeros escaló la pila de escombros que se encontraba en frente nuestra mientras nosotros vigilábamos por si aparecía algún demonio por detrás. 

Lo que Zaeros pudo observar fue a un hombre y una mujer hablando junto al vórtice, y como este le entregaba algo a ella, a demás pudo ver a una gran cantidad de demonios que se encontraban vigiando. Cuando bajo de la pila de escombros y ras contarnos lo que había visto empezamos a buscar por la ciudad un acceso al centro que no estuviera taponado. Tras un largo periodo de búsqueda dimos con la iglesia de la ciudad, esta estaba tapiada y cerrada a cal y canto, al parecer o había supervivientes dentro o algo mas, llamamos a la puerta y nos identificamos como miembros de la resistencia que habían venido a ayudar, pero no hubo respuesta, así que buscamos la manera de entrar sin llamar la atención de los demonios que vigilaban la zona, mientras buscábamos, Neo se separo del grupo, al parecer había escuchado algo en uno de los callejones, allí, se encontró con un demonio que estaba jugando a asustar a un pobre perrito con una pata atrapada en los escombros, el demonio le estaba atacando con sus garras y el pobre perro hacia lo que podía por esquivarlo, Neo aprovechó que estaba distraído y le cortó la cabeza al demonio de un solo tajo lo que hizo que esta rodara hasta convertirse junto a resto del cuerpo en cenizas, Neo libero al perro y regresó cuando lo vimos venia con un cachorro entre los brazos, de color negro con el hocico, patas y parte inferior blancas, el pobre estaba ta asustado que solo se acurrucaba en los brazos de Neo y sollozaba.  

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