miércoles, 8 de enero de 2014

Capitulo de Ivy - 14

Estos espejos eran de diferentes tamaños y formas, algunos estaban tapados por viejas mantas, otros estaban rotos y otros simplemente reflejaban la pobre luz que entraba en forma de rayo de luna en el centro de la habitación de maneras extrañas. Avance por la sala mirando a todos los espejos que me rodeaban hasta llegar al fondo de esta, no parecía haber salida, si que intenté regresar a la habitación anterior pero cuando abrí la puerta no encontré mas que la pared de madera, así que inspeccioné la sala mas a fondo aunque no encontré nada mas que espejos, sabanas y polvo.

Después de pensarlo un poco intenté ver si alguno de los espejos se trataba de un portal creado antaño, pero no surgió ningún efecto aunque me sirvió para darme cuenta que mas de la mitad de ellos estaba anclados al suelo por lo que deduje que quizás la clave estaba en usar los espejos que se podían mover para abrir algo como reflejar el rayo de luna. Tras varios intentos logré que el rayo pasara por todos los espejos e incidiera sobre la puerta por la que había entrado, lo que hizo que la misma se tornara de color negro. 
Esta vez la puerta me condujo a una habitación con plagada de círculos mágicos y material de rituales, según pude identificar, los rituales que se celebraban aquí eran de un tipo de magia prohibida, la invocación de espíritus, arte que cualquier mago tiene prohibido ya que jamas se ha registrado ningún resultado positivo al atraer las almas en pena de muertos al mundo de los vivos, es un poder que escapa a nuestro conocimiento y que solo trae consecuencias nefastas tanto para el invocador como para el sitio que ha sido profanado con tal acto aunque bueno mejor sigo con la historia pues no disponemos de todo el tiempo que quisiéramos. 

En ese momento comprendí perfectamente que sin saberlo nos habíamos metido en un gran lío, no sabia lo que estaba pasando con mis compañeros pero seguro que lo estarían pasando igual que yo. Me dirigí a la otra puerta de la habitación cuando de repente noté un escalofrío recorrerme la espalda otra vez, me gire lentamente y allí estaba, el monstruo de antes, con su rostro inexpresivo mirándome y acercándose a mi con un paso lento a mi, intenté correr pero en ese momento noté que algo me agarraba los pies, mire para abajo y no había nada, aun así no sentía algo gélido agarrándome, y aquello se acercaba cada vez mas, no sabia que hacer así que desesperado miré a mi alrededor y entonces lo vi, un rostro blanco cubría la pared de mi derecha, mirándome de manera jocosa, como si disfrutara de todo esta situación, mi sangre se heló durante un segundo y estuve a punto de perder el conocimiento, tras esto no se muy bien que pasó pero cuando recobré la consciencia tenía un porta velas en la mano, a demás de las mismas manchadas de sangre y me encontraba sobre el monstruo cuya cabeza parecía haber sido machacada con algo y esparcida en trocitos por toda la habitación. 

No sabia que estaba pasando, así que entré en shock durante un momento, tras el cual me levanté y decidí continuar por la puerta, tras cruzarla llegue a la segunda planta de la posada, aunque esta vez en ruinas, junto a mi poco después aparecieron Neo, Zaeros y Arken, al parecer habíamos roto la maldición que pesaba sobre este lugar y aunque no habíamos descansado nada proseguimos nuestro viaje, al salir de la posada pudimos ver que no solo la posada se encontraba en ruinas, si no que también todo el pueblo, así que proseguimos nuestro viaje hasta un bosque no muy lejos de allí donde acampamos y pudimos dormir lo que quedaba de noche.

jueves, 2 de enero de 2014

Capitulo de Ivy - 13

Los días pasaban en la aldea, tranquilos y sin mucho que hacer. Así que me dedique a preparar pócimas y aprender algunos hechizos a parte de entrenar junto a neo y cuidar de Arken, el perrito que recogimos el Zerithia el cual ya empezaba a tener un aspecto mas sano y a ser mas animado. También me encargué de varios enfermos de la aldea incluido nuestro huésped, que pasó un par de días mas con nosotros hasta recuperarse del todo y regresar a la cuidad.

Tras estos días tranquilos Zaeros nos se nos dijo que debíamos partir hacia Aldaris, ciudad que se encuentra en el centro de ente continente y que como te acabas de unir a la resistencia hace poco quizás no sepas que es el cuartel general de la misma, al parecer nos habían pedido que informáramos en persona de los hechos acontecidos en nuestro último viaje. Así que nos preparamos y partimos hacia Aldaris.

Descendimos la ladera de la montaña sin problemas por el camino principal, y avanzamos hacia el sur, pasando por una llanura hasta llegar a un pequeño llamada Arfell, llegamos al anochecer y buscamos un sitio donde alojarnos, encontramos una humilde posada donde pasamos la noche. Esa noche no pude pegar ojo, algo me inquietaba, no sabía que era pero algo estaba mal, tras varias horas de dar vueltas en la cama y de releer pergaminos, bajé a dar un paseo nocturno, o por lo menos lo intenté ya que al intentar abrir la puerta esta pesaba mas que si fuera de acero, y no logré abrirla, mientras intentaba abrir la puerta escuché a Arken ladrar desde la habitación de Neo. Intenté subir al piso de arriba pero tampoco me fue posible por que por mucho que subiera escaleras estas nunca terminaban, así que extrañado decidí investigar el piso de abajo.

Inspeccione la taberna de la posada pero no encontré nada, tras esto me decidí a ir hacia detrás de la barra donde hacia la despensa, al abrir la puerta esta daba a un enorme pasillo cada vez mas estrecho y oscuro, a demás de que se escuchaban sonidos extraños en el, como una especie de quejidos o llantos, aunque estaba asustado por que no entendía lo que estaba pasando, me armé de valor y me adentré en el pasillo, cuando estaba por la mitad y prácticamente se había estrechado de manera que a penas cabía en el pasillo sentí como algo gélido y húmedo me agarro el brazo izquierdo, rápidamente miré y vi una figura antropomorfa, muy delgada y con el rostro sin expresión alguna agarrándome el brazo, grite lo mas fuerte que me pude, y lance con la mano libre una pequeña bola de fuego que me quemo hasta a mi, traté de regresar pasillo atras pero este había desaparecido, así que me adentre mas y mas corriendo hasta que este acabó.

Tras esto llegue a una sala completamente oscura, traté de iluminarla con magia pero no pude hacerlo, intenté varios conjuros pero ninguno funcionaba no sabía que hacer, solo tenia ganas escapar de alli.
Tras un tiempo deambulando sin rumbo por la sala oscura escuché algo, un ladrido, este provenía de mi derecha y lo seguí, tras varios minutos corriendo en la dirección del ladrido, llegue a una puerta de cristal, tras abrirla, me encontré dentro de una habitación, la habitación se encontraba llena de muñecos de madera de diferente tamaños, había muchos, y me daban la sensación de que me observaban, crucé la sala y encontré una puerta de madera, esta me condujo hacia una llena de espejos.